DIARIO DE MISS TECH

Gracias a una de estas redes sociales que están tan de moda, recibí un correo electrónico de una amiga que hacía aproximadamente una década (no es una exageración) que no veía. Iniciamos una conversación en el chat en la que hubo bastante “sintonía”, de manera que decidimos quedar para hablar “bien”.

De camino al punto de encuentro empecé a inquietarme pensando si en realidad había quedado con una desconocida, de manera que intenté poner en práctica la técnica de respiración para relajarme y (no sin dificultad) acabó funcionando. Decidí que iba a escucharla de forma activa y objetiva y responder asertivamente, para decidir si el reencuentro había sido una buena idea. En definitiva, mi intención era “salirme del cuadro”.

Lo más difícil a lo largo de la conversación fue realizar una escucha activa sin quedar “atrapada” en la dinámica de la conversación, porque entonces pierdes la conciencia del lenguaje no verbal y viceversa. La mayoría de las veces que intentaba analizar su expresión no verbal (a costa de la escucha a menudo) observé actitudes y algún gesto que despertó mi desconfianza, e incluso empecé a sospechar que podía estar intentando poner en práctica las mismas técnicas que yo… Creo, que reprimió algún que otro intento de interrumpir al hablar, controlando su modulación de la voz, hablaba sin gesticular en exceso,…etc. Me pareció también, que solía beber a continuación de cuando lo hacía yo, e incluso en una ocasión de desacuerdo que conseguí escuchar y responder con “neutralidad”, llegó a replantear un argumento para llegar a darme la razón…

Pero lo que llamó mi atención especialmente, vino tras un momento de la conversación en que sin darnos cuenta, ambas nos interrumpíamos para darnos la razón y opinar, y ninguna se acordaba ya ni de su voz ni de su expresividad… entonces se calló como si hubiera tomado consciencia de la situación. En esto, yo bebí y ella bebió tras de mí, desde el respaldo de su silla, con el vaso en la mano derecha, pero lo devolvió a la mesa con la izquierda, y al inclinarse hizo una pregunta del tipo ¿y tu…? dirigiéndome la palma de la mano derecha en un gesto que me pareció forzado y modulando la voz de nuevo. A la vez que contestaba yo, ella volvió a retomar la postura erguida en la silla. El gesto me pareció forzado y aunque no tengo la certeza, sigo sospechando que fuimos con la misma intención “analítica” las dos.

No puedo evitar preguntarme si fue realmente espontánea o nos juntamos dos novatas en prácticas…


Miss Tech

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